El peregrino alcanzó por fin uno de los mitos más conocidos del Camino de Santiago: la meseta castellana. Un páramo eterno donde el peregrino interioriza su camino antes de emprender la última fase de su recorrido y entrar en las estribaciones aledañas a Galicia. En estas dos etapas con parada en Frómista (con acento como les gusta a los lugareños), una de las joyas mejor conservadas del románico español, mucho sol y también mucho viento en contra. Sobre todo el primer día. Aparte de eso, bastante cómodas para la bicicleta.
Incidentes: Nada que destacar aparte de la sensación de recorrer la estepa castellana y el fuerte viento en contra. Por lo demás, ruta muy cómoda atravesando centros medievales de importancia y numerosos pueblos pequeños con un patrimonio histórico artístico increíble. Desgraciadamente da la sensación que tanto los pueblos como el patrimonio están algo abandonados.
Frómista está sobrerrestaurado. Habrás parado en Villalcázar de Sirga!! Joya!! Y Carrión!!