Una vez superada la cordillera de los Pirineos y los valles pre pirenaicos, el paisaje cambia abruptamente de color pasando al amarillo del cereal seco tras un verano caluroso. Pero no sólo es el paisaje sino también la estructura de ciudades y la arquitectura. Callejones estrechos que protegen los cascos antiguos de las ciudades, edificios y palacios construidos con piedra de sillar de otros colores frente a la piedra gris de la montaña. Pero mejor explicarlo con una galería de fotos. Seguir leyendo