En algún momento de la subida al puerto de Roncesvalles, el pequeño cuentakilómetros que me llevaba acompañando 1450 km decidió al parecer rebelarse ante tal explotación e irse por su cuenta. Es decir, se perdió. No es que fuese muy bueno (incluso creo que estaba mal calibrado), pero de alguna forma le había cogido cariño. Sobre todo por qué al final conseguí aprender cómo funcionaba. Así que a partir de ahora – contando que hasta Pamplona fueron 1500 km más o menos- comienza la cuenta desde cero. Lógicamente cuando consiga otro cuentakilómetros.
Categorías
- Alemania (18)
- Ciudades (48)
- Consejos (15)
- Curiosidades (45)
- Diario de "A Bordo" (67)
- Gracias a… (7)
- Inicio (52)
- Mapas (10)
- Rutas (31)
Deja una respuesta