Luz verde para bicicletas
Aparte de algunos sobresaltos con camiones y automóviles en las carreteras nacionales, tengo que reconocer que estoy gratamente sorprendido de la evolución de la cultura de la bicicleta y el cicloturismo en algunas ciudades españolas.
Acostumbrado a otra tipo de relación entre la ciudad y la bicicleta, el viajero se sorprende primero con la entrada a Pamplona a través del circuito creado en torno a los ríos que circundan la ciudad, el Arga y el Ulzama.
Otro de los progresos en este sentido –aunque quizás haya sido involuntario- es la construcción de algunos tramos de autovías. Las antiguas carreteras – en otro tiempo saturadas de tráfico de coches y camines – han quedado libres en muchos tramos. Circular en bici por estas vías se convierte así en un auténtico placer puesto que, además de ser anchas y no encontrar tráfico, son vías que pasan por dentro de los pueblos acercando estos al trayecto del viajero.
Lo mismo sucede al entrar a Logroño, ciudad que, aun siendo quizás más pequeña, también cuenta con un pasillo verde de entrada y algunos carriles por la ciudad. E incluso creo recordar que fue la primera vez que vi un semáforo para bicicletas en España.
Pero infraestructuras públicas aparte, también el sector privado está identificando la progresiva importancia de este tipo de turismo. Tanto albergues como hoteles de categoría superior en torno al Camino de Santiago cuentan con instalaciones cada vez más adecuadas para los cicloturistas. Como por ejemplo el Hotel FyG de Logroño, una gran recomendación para ciclistas que cuenta –además de otros «lujos»- no sólo con un impecable garaje para bicis sino también con un ascensor para bajarlas.
En definitiva, grata sorpresa que se vayan dando pasos en este sentido. Seguro que todavía queda mucho por hacer y mejorar pero por lo menos… se avanza.
Europa en Bicicleta 
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