Por los parajes de las Landas en Francia, uno va poco a poco sintiéndose como en casa. Cada vez acercándose más a la frontera y cada vez con más ganas. Los nombres ya son más familiares y pronunciables –para algunos-, ya empieza a verse algún frontón que otro en los pueblos y sobre todo, cuando uno llega a Dax al poco de terminar la feria, es como estar en cualquier lugar de Navarra. Pañuelo rojo incluido.
Categorías
- Alemania (18)
- Ciudades (48)
- Consejos (15)
- Curiosidades (45)
- Diario de "A Bordo" (67)
- Gracias a… (7)
- Inicio (52)
- Mapas (10)
- Rutas (31)
Deja una respuesta