Tras haber pasado sólo unas horas en la ciudad de Lieja, me parecería un tanto atrevido describir un perfil de la ciudad. Sobre todo contando con las dificultades idiomáticas.
Históricamente fue un importante bastión como principado independiente. Cuna de las dinastías francas más significativas, punto de origen de revoluciones y una de las zonas económicas más importantes de la Valonia francófona belga.
Situada en un enclave importantísimo entre el Río Mosa y el Ourthe, estos factores tan heterogéneos son los que inmediatamente se descubren al pasear por sus calles. Marcadas por la riqueza medieval con sus catedrales y palacios, por la industria pesada de otra época ya en decadencia desde hace años o por la inmigración y la multiculturalidad, la inquietud cultural de la ciudad se palpa en cada esquina.
Sobre todo en la Isla -Barrio de Outremeuse (más allá del Río Mosa), en otra época un barrio obrero y hoy en día una factoría cultural en plena ebullición impulsada en parte desde 1927 por la asociación République Libre d´Outremeuse, institución réplica de la République Libre de Montmartré.
Desgraciadamente, mis magros conocimientos del idioma de Voltaire o Montesquieu me impiden entender más de lo que pasa a mi alrededor, sintiendo así una especie de minusvalía a la hora de buscar información. Quizá fuese esa la razón por la cual, en lo que el motivo de este viaje se refiere, no fue tan fácil encontrar las huellas de la Ruta Jacobea en Lieja. Tras recorrer la Colegiata de Saint Denis (que por cierto celebraba su 1000 aniversario) y la Catedral de Saint Paul ensimismado por la arquitectura románica y gótica, conseguí no sin esfuerzo dar con la Plaza y la Iglesia de Santiago en busca de algo así como una señal como la concha del peregrino. Con gran sorpresa puesto que la encontré cerrada y, por razones obvias, no encontré o no supe entender a nadie que me dijese la causa.
Entretanto, este devenir de altar en altar me sirvió para hacer algunas fotos de las tres impresionantes iglesias mencionadas. Me llamó mucho la atención la disposición y forma de las sillas. Tan acostumbrado al banco de madera, me preguntó como harán con estas sillas a la hora de la genuflexión.
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